El Pleno del Congreso de los Diputados ha aprobado definitivamente el pasado jueves la primera Ley de Cambio Climático y Transición Energética de España, que busca lograr una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 23 % hasta 2030 y garantizar la neutralidad climática a más tardar en el año 2050.
Aun así, algunos partidos de izquierda y grupos ecologistas critican la ley por ser “insuficiente”, incorporar objetivos por debajo de los necesarios y por no concretar medidas en sectores clave en la descarbonización, entre otros.
Greenpeace cree que es “una Ley necesaria y largamente esperada que sin embargo ha perdido una oportunidad clave para abordar con ambición la emergencia climática.”
La implicación de la sociedad civil, de las empresas, de las administraciones públicas y la voluntad pública, se hacen esenciales para cumplir la Ley y hacer de este mundo, un lugar mejor.
Los puntos clave de la nueva Ley son:
- Los vehículos a motor dejarán de venderse a partir de 2040 y a partir de 2050 no podrán circular.
- Para 2050, toda la electricidad producida en España tendrá que proceder de energías renovables.
- El Gobierno tendrá que hacer modificaciones y revisar el tratamiento del cambio climático y la sostenibilidad en el sistema educativo.
- En 2030 el consumo final de energía tendrá que proceder en un 42% de energías limpias (del 20% actual).
- Las ciudades de más de 50.000 habitantes deberán tener zonas de bajas emisiones a partir de 2023.
- En seis meses se tendrá que aprobar un plan de rehabilitación de viviendas para hacerlas más eficiente.
- Se prohibirán los sondeos y prospecciones de combustibles fósiles en territorio español.
- Las grandes empresas deberán publicar informas anuales sobre su huella de carbono y elaborar un plan de reducción de emisiones.
- España deberá alcanzar la neutralidad climática no más tarde de 2050, como indica el Acuerdo de París.
- Se creará un comité de expertos de cambio climático que deberá evaluar las políticas y medidas para la transición.