En el informe sobre la Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 5, la Organización de las Naciones Unidas destacó la importancia de la biodiversidad en la lucha contra el cambio climático a largo plazo, así como la relación entre la pérdida de biodiversidad sin precedentes y la propagación de enfermedades. El informe advierte también de la necesidad de restablecer los ecosistemas de los que depende nuestra actividad, además de reducir los impactos negativos que generamos.

Las empresas no son ajenas a los ecosistemas, ya que dependen, sea directa o indirectamente, de ellos y de las actividades que estos les permiten llevar a cabo a lo largo de su cadena de valor, pues es la naturaleza la que provee las materias primas que las compañías necesitan para desarrollar su actividad. Así pues, las empresas se benefician de la variedad de especies, de materias y de la diversidad genética, tanto a la hora de conseguir dichas materias y dar forma a su producto, como a la hora de distribuir y comercializar el producto final.

Según el informe de sostenibilidad de KPMG, los informes corporativos se centran en el crecimiento económico y los Objetivos de Desarrollo Sostenible en torno al cambio climático, pero la mayoría de empresas ignoran los temas relacionados con la diversidad biológica. Esta carencia de informes sobre biodiversidad hace que las empresas no conozcan su impacto medioambiental y, consecuentemente, no puedan mejorarlo. Para solucionarlo, hace falta recopilar datos, analizarlos y sacar conclusiones con el fin de conocer los riesgos.

Analizando dicho informe de forma sectorial, se puede ver que el sector de la minería es el que más informa sobre el riesgo de pérdida de biodiversidad, seguido por el sector silvícola, alimenticio y petrolero. Los que menos reportan sobre biodiversidad son el sector de los servicios financieros, la salud, el transporte, y venta al por menor. Cabe destacar también que solamente un 40 % de las empresas reportan información sobre el riesgo climático y la huella de carbono.

Además, la información presentada sobre medioambiente y biodiversidad repercute en la imagen corporativa de la empresa y en las relaciones con sus grupos de interés. Así pues, la comunicación de buenas prácticas, operaciones e inversiones sostenibles es una forma de diferenciarse de otras marcas. Por esta razón, cada vez es más elevado el número de empresas que se preocupa por su huella en el planeta y, por lo tanto, que tiene en cuenta el asunto de la biodiversidad a la hora de tomar decisiones.

Sin embargo, la información sobre diversidad biológica que se reporta sigue siendo muy limitada. Ante este escenario, los gobiernos empiezan a tomar medidas para mejorar la calidad de los reportes que hacen las compañías. Por ejemplo, en la Unión Europea, con la llegada de la regulación sobre Estados de Información No financiera se espera que las empresas hagan sus memorias con mucha más información sobre factores medioambientales y sociales, con el objetivo de hacer transparente la información no financiera y garantizar la sostenibilidad en las empresas.

No obstante, no todo pueden ser regulaciones; debe haber un espacio para que las empresas reflexionen. Las diferentes industrias deben promover la sostenibilidad, replanteando su cadena de valor y su cartera de productos o servicios tomando en consideración la diversidad de vida en la Tierra. Es primordial, pues, que las empresas consideren los riesgos que supone perder biodiversidad, pues no solo pone en riesgo el planeta Tierra, sino también sus negocios.

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