El Acuerdo de París es un tratado internacional jurídicamente vinculante sobre el cambio climático. Se acordó en diciembre de 2015 y entró en vigor casi un año después.

Se pactó entre 189 países de todo el mundo con el objetivo de limitar el calentamiento global muy por debajo de los 2º Celsius. Para ello, los países debían disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Hoy, 195 países ya han firmado el acuerdo para unirse hacia una trayectoria de un mundo sostenible.

Dado que el uso de combustibles fósiles es la principal fuente de emisiones causantes del cambio climático, se concluyó que es importante que las reservas de estos combustibles permanezcan inexplotadas para evitar dichas emisiones que aumentarían la temperatura terráquea.

Lo sorprendente es, aún sabiendo por parte de las empresas de combustibles fósiles que ignorar el acuerdo de París les puede costar 1,6 billones de dólares; estas siguen siendo financiadas por los mayores bancos del mundo y siguen explotando todas las reservas de combustibles habidas y por haber.

En su momento, los bancos se comprometieron a reducir la totalidad de financiación de estas empresas. Pero a pesar de ello, según el estudio Banking on Climate Chaos 2021, en el año 2020 la totalidad de la financiación por parte de los bancos de todo, el mundo en el sector de combustibles, ha sido mayor que la financiación en el año 2016. Así pues, los bancos están financiando cada vez más a las empresas de combustibles fósiles pese al Acuerdo de París.

El estudio Banking on Climate Chaos es la investigación más exhaustiva en la materia y es publicada cada año por las organizaciones internacionales Rainforest Action Network, BankTrack, Indigenous Environmental Network, Oil Change International, Reclaim Finance y Sierra Club y respaldado por más de 300 organizaciones de 50 países de todo el mundo.

La financiación de combustibles fósiles por parte de los bancos españoles

Según el mismo estudio, sólo los bancos Santander y BBVA de España han financiado con 56.387 millones de dólares a las empresas de carbón, petróleo y gas desde que se firmó el Acuerdo de París.

A pesar de la Pandemia, el Banco Santander presidido por Ana Botín destinó 9.678 millones de dólares a financiar a los principales responsables del calentamiento global. Un aumento de casi un 17% la tasa de financiación en comparación al año 2019, y un 102% respecto el 2018. El BBVA, por su parte, financió a estas empresas con un total de 4.871 millones de dólares, su cifra más alta en los últimos 5 años. Por lo que vemos cómo, año tras año, la financiación a dichas empresas van aumentando aun sabiendo que va en contra del Acuerdo y de toda perspectiva futura de un mundo sostenible.

Asimismo, el BBVA asegura que para el 2030 va a dejar de financiar a las empresas del carbón y, para ello, implementará a lo largo del 2021 una serie de planes y objetivos para acompañar la descarbonización de sus clientes en todos los sectores intensivos en emisiones de CO2. Así lo asegura Carlos Torres Vila, el CEO de la entidad bancaria.

Al final del estudio, encontramos un análisis y una serie de evaluaciones sobre las políticas llevadas a cabo en materia de emisiones financiadas. Las conclusiones para los bancos Santander y BBVA es que dichas políticas son muy débiles y están muy alejadas de conseguir los objetivos del Acuerdo de París.

La financiación de combustibles fósiles por parte de los principales bancos mundiales

Desde el pacto climático de 2015, los 60 principales bancos mundiales han invertido 3,8 billones de dólares en combustibles fósiles.

El estudio demuestra cómo incluso en medio de una recesión económica inducida por la pandemia que dio lugar a una reducción general de la financiación de los combustibles fósiles de aproximadamente el 9%, los 60 bancos más grandes del mundo todavía aumentaron su financiación en el 2020 a las 100 empresas más responsables de la expansión de los combustibles fósiles en más del 10%.

Solo en el año 2020, los principales bancos financiaron a dichas empresas del carbón con 750.000 millones de dólares. Una cifra superior a la del año 2016.

Estados Unidos encabeza dicha financiación. Cuando Donald Trump presidió el país, anunció su retirada del pacto, pues los objetivos de dicho trato no se alineaban con los objetivos económicos del país. Con el pasado relieve presidido por Joe Biden, USA ha vuelto a formar parte del Acuerdo de París. Pero estos años alejados del pacto, han puesto en cabeza al banco estadounidense JPMorgan Chase como el peor banco fósil del mundo con cifras de financiación de hasta 316.735 millones de dólares. Alejándose negativamente hasta un 33% más que Citi, el segundo peor banco del mundo de este periodo. El tercer puesto es ocupado por Wells Fargo, otra compañía americana, aun habiendo reducido su contribución a dichas actividades un 42% respecto a su año anterior.

Entre octubre del 2018 y octubre del 2020, con acciones y bonos por valor de 602.000 millones de dólares, los inversores estadounidenses representan colectivamente el 58% de las inversiones institucionales en la industria mundial del carbón. Con unas participaciones de 81.000 millones de dólares, los inversores japoneses representan la segunda mayor parte de las inversiones institucionales en la industria del carbón.

En la Comunidad Europea, el banco que encabeza dichas actividades en la industria de los combustibles fósiles es BNP Paribas, ocupando la cuarta posición tras proporcionar 41.000 millones de dólares y aumentando dicha actividad un 41% respecto su anterior año de ejercicio.

En general, los préstamos directos por parte de los bancos hacia las empresas del carbón, se dispararon en el año 2017. Pero en los siguiente años, la tendencia ha sido de bajada en cuanto a volúmenes de préstamos. Aunque en el año 2020 ha seguido siendo superior a la cifra del año 2016. Además, esta tendencia a la baja no se corresponde a los bonos y participaciones, pues estos han ido creciendo de forma constante año tras año desde el Acuerdo de París.

Acabar con la era del carbón significa acabar con la era de la financiación y la inversión en carbón.

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